Capula no vive solo de Catrinas Mexicanas, ya que el arte de las Catrinas en barro recién nació cerca de 1986, cuando Juan Torres Calderón hace sus primeros modelados de calaveras en barro y se muda definitivamente a Capula comenzando su labor social enseñándoles a los alfareros locales sus técnicas para crear a nuestra querida Catrina.
Vasco de Quiroga allá por el 1532, fue quien asigno a los habitantes de Senguaro, hoy conocida como Capula, la industria de la alfarería, aprovechando la gran calidad de sus tierras nació la cerámica utilitaria en Capula y el sustento hasta la fecha de cientos de familias de esta tenencia; Cazuelas, vasos, platos, adornos, macetas entre otros productos dan a luz contantemente las entrañas de los hornos de de cada uno de los alfareros de Capula.
Michoacán siempre se ha distinguido de sus bellas artesanías en barro, pero solo Capula pudo destacar entre todos ellos y lograr estar presente en toda la republica Mexicana gracias a la gran calidad en sus trabajos, reflejado en cada pieza elaborada por los alfareros de Capula. Sin más decir nuevamente el nacimiento de navidad creado por artesanos de Capula en 2019, estuvo presente en la plaza de Morelia al lado de su hermosa catedral .
Su cerámica libre 100% de plomo y claramente por técnica exclusiva que los distingue, el Capuleado o Capulineado esta técnica desafía la paciencia y el pulso de cada uno de sus ejecutores que con una maestría que solamente la práctica, tiempo y dedicación, logran darle el artesano de Capula el talento necesario para imprimirle el carácter y belleza a cada pieza intervenida por su autor.
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