Primera Etapa: El Grabado de Posada
José Guadalupe Posada Aguilar (2 de febrero 1852 – 20 de enero 1913) fue un artista cuya obra, presumiblemente efímera, quedó para la posteridad por muchas razones, una de ellas es su presencia en la vida cotidiana. Conocido como el novio de la muerte por la popularidad de sus grabados para día de muertos, usaba la sátira, específicamente las calaveras para criticar la sociedad y política mexicana. Las calaveras de Posada son representaciones de personas y la sociedad mexicana desde el punto de vista popular.
Posada le da vida a la Calavera Garbancera*, a través de un grabado y bautizó así a la imagen de una calavera con sombrero, misma que sirvió para reflejar a los nuevos ricos mexicanos que renegaban de sus raíces y cultura, trataban de ocultarlo bajo costumbres europeas.»En los huesos, pero con sombrero francés y sus plumas de avestruz». Posada grabó en su obra todas las profesiones. Las calaveras de Posada, usan el humor como una fuerza uníficante para reflejar la igualdad de los seres humanos.
*Calavera Garbancera: La palabra «Garbancera» proviene de los vendedores de garbanzos; pobres que aparentaban ser ricos, ocultando sus raíces indígenas, además estos comerciantes tenían un estilo de vida muy europeo, influenciados por Francia en el periodo del porfiriato.
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Segunda Etapa: Diego Rivera y La Catrina
Diego Rivera nos hace partícipes de sus recuerdos de infancia y juventud; rememorando cuando pasaba por el taller de Guadalupe Posada y apreciaba su trabajo en grabados. De aquellos trabajos, un grabado le llamaría profundamente la atención… Años más tarde, evocaría esos recuerdos y lo perpetuaría en el personaje central de su pintura mural llamada «Sueño de una tarde dominical en la Alameda central» realizado en 1947, obra que hasta hoy se exhibe en el Museo Mural Diego Rivera.
En esta obra Rivera retorna a la Calavera Garbancera de Posada, dándole cuerpo y vestimenta a aquel recuerdo de juventud….a la calavera del grabado; Esta vez el artista completo el personaje, otorgándole el atuendo que hoy todos conocemos, el icónico sombrero de plumas y como estola; una serpiente emplumada (Quetzalcóatl), convirtiéndola y bautizándola definitivamente como «La Catrina» palabra que deriva de Catrines; quienes eran caballeros que se vestían de forma elegante. Estos personajes de clase alta, presumían su nivel social en plazas publicas vestidos con pantalones listados, bastones, sombreros de copa o bombines en compañía de sus compañeras elegantemente vestidas con sus trajes europeos y plumas de avestruz decorando sus sombreros, aquí nace la Catrina.
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Tercera Etapa: Juan Torres Calderón
Juan Torres Calderón, artista plástico moreliano, después de varias exposiciones de pintura con calaveras inspiradas en el trabajo de Diego y Posada, instala su taller en Capula, lugar donde se propone «traerla a la realidad». En primera instancia inicia sus pruebas con pinturas de calaveras y finalmente, después de varios intentos, logra crear la escultura en barro de La Catrina, haciéndola popular al llevarla a grandes exposiciones en la capital de México y a Estados Unidos.
A partir de este éxito, Juan Torres comienza su labor social en Capula, enseñándoles sus técnicas de modelado a los artesanos de la primera generación de este pueblo alfarero, los cuales eran aventajados por manejar a la perfección el idioma del barro con su hermosa cerámica utilitaria; tales como jarrones, platos, floreros, etc.
Desde su taller en Capula «La Candelaria», salieron los primeros «Catrineros» los cuales han continuado con su obra, dentro como fuera de Capula. Hasta a la fecha se han instalado en Capula, varios talleres gracias a la iniciativa del artista moreliano, quien ha logrado poner en el mapa a esta comunidad de artesanos junto a reconocer a Capula como el lugar donde nació La Catrina, convirtiéndose en la actualidad en una pieza típica dentro de la cultura mexicana.
Ver «Juan Torres y la formación de los artesanos de Capula»
