El árboles de la vida es parte de la tradición en cerámica de la región montañosa del valle central de México.
Cerca del año 800 D. C. la influencia de Teotihuacan trajo consigo el aplicar un simbolismo religioso a muchos objetos de cerámica. A partir de entonces, la cerámica continuó desarrollándose con múltiples influencias, en lo que hoy es el Estado de México, ya que se encontraba en una posición estratégica entre el Valle de México y lo que ahora son los estados de Morelos y Guerrero.
Después de la conquista española, los sacerdotes destruyeron todos los artículos que representan a los dioses antiguos locales, y los reemplazaron con imágenes de santos e iconografía cristiana, que perduran has la fecha.
La representación del «árbol de la vida» en pinturas y otros medios se introdujo para evangelizar a la población local, durante la mayor parte del período colonial.
La cerámica en el Estado de México, se producía principalmente para el autoconsumo o utilitaria, y se convirtió en una fusión de técnicas y diseños españoles e indígenas. Esta perduroasí hasta la primera mitad del siglo XX, cuando comenzaron a producirse piezas decorativas e incluso de lujo. A este tipo de trabajos corresponde el árbol de la vida, especialmente aquellos que no tienen función religiosa.
Los árboles no religiosos tienen temas como la muerte o la primavera. La fabricación de esculturas de árboles de barro con el tema bíblico del Jardín del Edén se inició en Izúcar de Matamoros en el estado de Puebla y se extendió a otras áreas, particularmente a Metepec, Estado de México, cuyos árboles se distinguen por estar pintados en colores llamativos.
Los árboles de la vida son considerados símbolos de la comunidad y son parte de una tradición de escultura en barro y se pueden encontrar en Metepec de donde también vienen nuestras Catrinas Mexicanas, calacas o calaveras.