Para todos es un desastre esta exportación no tradicional de China que golpea fuerte y aún peor…golpea duro a los más desprotegidos económicamente, a esa gente que vive con lo mínimo.
Mientras que Cuidad de México ya podemos ver por sus calles y en las inmediaciones del Zócalo a muchos artesanos mexicanos de distintas etnias indígenas, que han reactivado el antiguo sistema del trueque, debido a la falta de clientes por el aislamiento social. Muchos de ellos están intercambiando sus productos por alimentos básicos y así poder sobrevivir a la crisis económica que generó el covid-19 a la espera de ayuda del estado, ese mismo estado que les pide que no salgan a trabajar.
Medidas como el aislamiento social, en México no son factibles de implementar, para personas que viven el día a día, «si no trabajas, no comes» nos cuentan… En el caso de los artesanos de Metepec (donde viven nuestros familiares) vemos calles vacías, sin gente y tiendas cerradas hasta nuevo aviso de las autoridades locales. Aún así, los artesanos catrineros y otros alfareros, deben trabajar para generar recursos, como solución momentánea, optan por pegar carteles en las cortinas de sus locales cerrados, para ofrecer sus artesanías y no quedarse de brazos cruzados.
Capula en Cuarentena
En Capula donde nacen nuestras catrinas mexicanas, se repite el sombrío panorama; calles vacías y sin visitantes…acá nos duele más, ya que Capula es pueblo mucho más pequeño y humilde en población, en comparación a otros pueblos de Michoacán.
Nuestros amigos artesanos de Capula, nos cuentan que las autoridades, les han dado indicaciones para poder funcionar solo para algunos locales, manteniendo las mínimas medidas sanitarias…pero, sin visitantes, difícilmente valga la pena abrir sus locales. Otros artesanos más pequeños necesitan abrir para tratar de vender algo ya que las deudas; el arriendo, luz, materiales y comida, no se pagan solos … y nos preguntamos; ¿ Cuál es el criterio para que algunos tengan permiso y otros no ? Esperemos por el bien de todos, algún tipo solución para quienes viven de su trabajo diario.
Los que pueden abrir nos dicen:
Fue un golpe terrible para todos esto del virus…nos mandaron un escrito por parte de la autoridad de aquí de Capula que es la jefa de tenencia, donde decía que si podrías abrir solo con las medidas de prevención, usar gel antibacterial para las personas y lavarse las manos cuando recibas dinero… nos comenta una de las artesanas de Capula.
Los que no pueden abrir nos cuentan:
Está muy dura la situación, no abrimos locales, solo los fines de semana y unos cuantos. Está pandemia está fatal, pero por el lado económico es lo que pega más…No tenemos permiso para abrir nuestro local, pero lo hacemos y nos estamos arriesgando porque si llega ayuntamiento nos cierran y nos multan... nos cuenta otra de las artesanas.
Departe de las autoridades, les están ofreciendo ayuda en forma de créditos, para los cuales les piden algunos documentos y recién después de un mes les dan la respuesta a quienes califiquen… endeudarse y pagar por algo que aun no han vendido, suena un poco descabellado, imaginen a los artesanos más humildes que venden sus productos en la calle.
Sin lugar a dudas, esto esta lejos de terminar, sobre todo cuando al hemisferio norte se les avecina el invierno, cuando esta enfermedad tendrá su punto más alto al juntarse a las otras enfermedades de la estación.
