«Quiero que Capula sea un centro cultural, así como lo es Coyoacán en México»

Esas fueron palabras de Juan Torres Calderón, artista plástico y creador de la Catrina en barro que se instaló en Capula hace más de 30 años, comenzando su proyecto social para colocar el nombre de Capula en el mapa como la cuna de la Catrina en México.

Avances hasta el día de hoy son muchos: la remodelación de la plaza de Capula, la repavimentación de las calles de acceso y, lo más importante hasta ahora, «La Feria de la Catrina», que ya lleva 13 años aprobada. Se viene la ampliación del acceso a Capula desde la Carretera, comenzando por la Catrina gigante que Juan Torres creó en 2014 junto a su hijo para destacar a Capula.

Juan Torres Calderón comenzó en Capula con la escuela de arte para niños. Posteriormente, traspasó toda su técnica en la elaboración de Catrinas a los adultos, cuyo conocimiento previo de la alfarería dio como resultado casi 250 talleres de Catrineros y cambiando casi por completo la actividad principal de este pueblo de Michoacán que se dedicaba por completo a la cerámica utilitaria.

El Centro Cultural de Capula se encuentra al costado de la plaza central, un pequeño espacio para el arte local, tanto para exponer cuadros de los discípulos de las técnicas de Juan Torres, como un espacio vital para las piezas que se exponen año tras año en el Festival de la Catrina a fines de octubre.

¿Faltan avances? Es evidente. Sin muchos recursos y el constante tira y afloja del maestro Torres con las autoridades de turno para invertir en la cultura, es un espacio pequeño y a veces casi invisible. Pero como foráneos que vinimos por primera vez en 2015, todos estos avances son un paso gigante para convertir a Capula en el centro cultural que visualizó Juan Torres Calderón hace años.

Un recorrido de la muestra y el espacio para exposiciones

Una exposicion de los discípulos del maestro Juan Torres.

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